Pautas para combatir la pasteurelosis en ganado bovino

La pasteurelosis bovina es una neumonía grave que se desarrolla por la multiplicación y la colonización del parénquima pulmonar por las especies bacterianas Mannheimia haemolytica y Pasteurella multocida en el ganado bovino, más frecuentemente en explotaciones de cebo.

Ambas bacterias pueden actuar como patógenos primarios, siendo la causa principal o única de la enfermedad (llamándose así pasteurelosis), aunque lo más habitual es que formen parte del síndrome respiratorio bovino y actúen en combinación con otros virus y bacterias que cumplen papeles complementarios en el deterioro de las funciones respiratorias, junto con otros factores de riesgo que predisponen a los animales a ser más sensibles (como el estrés, las prácticas de manejo deficientes, el transporte o la mala ventilación, entre otros).

Qué es la pasteurelosis bovina

La pasteurelosis bovina se refiere a la enfermedad pulmonar que se desarrolla en los animales cuando se produce una infección por las dos especies bacterianas principales implicadas en el síndrome respiratorio bovino, que son Mannheimia haemolytica y Pasteurella multocida, (aunque también puede estar implicadas Histophilus somni y Mycoplasma bovis). Son bacterias que forman parte de la flora comensal normal de las vías respiratorias altas y en condiciones normales no provocan patología, pero si se activan los factores desencadenantes de la patología (estrés, condiciones ambientales adversas, infecciones víricas), progresan a lo largo del tracto respiratorio y colonizan los pulmones, causando una bronconeumonía grave.

Pasteurella multocida es una bacteria gramnegativa, anaerobia facultativa y altamente contagiosa que produce una gran variedad de enfermedades en los animales y en las personas (por lo tanto, se considera una zoonosis). Se clasifica en cinco serogrupos basándose en el tipo de antígenos presentes en su cápsula y en 16 serotipos somáticos según la estructura del lipopolisacárido (LPS) de su membrana. Produce una bronconeumonía supurativa, especialmente en terneras de recría lactantes y recién destetadas; no produce necrosis tisular, pero sí una inflamación importante provocada por el LPS. También puede producir cuadros de otitis externa, mastitis y abortos.

Mannheimia haemolytica es la más frecuente en los casos de neumonía aguda y mortal y afecta a los terneros jóvenes, sobre todo el serotipo A1. El serotipo A2 se puede aislar de terneros sanos que no están sometidos a estrés, lo que indica que es una bacteria comensal del aparato respiratorio que no es patógena en condiciones óptimas de manejo y ambientales. Si se dan las condiciones que favorecen que prolifere el serotipo A1, entonces se desarrollará la pasteurelosis, que consiste en una bronconeumonía fibrinosa aguda con necrosis del tejido pulmonar y hemorragias características. Esta bacteria tiene factores de virulencia que ayudan a que sea especialmente mortal: la cápsula externa que la protegen frente al sistema inmunitario de los bovinos, la leucotoxina, que expresa cuando se está multiplicando de forma exponencial en el hospedador, que está relacionada con la producción de anticuerpos y que es responsable de la destrucción del tejido pulmonar, y las endotoxinas (como el lipopolisacárido LPS), que se liberan al destruirse las bacterias y que dañan las paredes de los vasos sanguíneos pulmonares, favoreciendo las hemorragias.

Importancia económica y sanitaria de la pasteurelosis

Como se ha comentado anteriormente, las bacterias causantes de la pasteurelosis, Mannheimia haemolytica y Pasteurella multocida forman parte del síndrome respiratorio bovino, que es multifactorial (se desencadena cuando actúan varios factores de riesgo).

En el vacuno de cebo las consecuencias del síndrome respiratorio bovino pueden llegar a ser catastróficas dado su enorme impacto económico por las pérdidas de producción que causa, debido a las deficientes tasas de conversión, las pérdidas de animales y los costes en tratamientos. En terneros de cebo es la primera causa de morbilidad (puede llegar a afectar hasta al 50% de los animales) y de mortalidad (5-20%). En las terneras de recría de leche es la segunda causa de morbilidad y mortalidad por detrás de la diarrea neonatal.

En Estados Unidos, un estudio de 2011 del Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud de los Animales (NAHMS) en vacuno de cebo estimó que el 21,2% de los terneros de cebo (2,29 millones de animales) estaba afectado por enfermedades respiratorias. En cuanto a costes globales, este estudio calculó que el coste total del tratamiento de todos los animales enfermos podría ascender a más de 54 millones de dólares, sin incluir las pérdidas debidas a la morbilidad y la mortalidad. Se ha descrito que hasta el 69% de las muertes en cebaderos se deben al síndrome respiratorio bovino.

Algunos estudios citan que los animales en cebo tratados por síndrome respiratorio bovino presentaron reducciones de la ganancia media diaria de hasta 0,98 kg/día y reducciones del peso de la canal de hasta 19,96 kg.

La principal importancia sanitaria de Pasteurella multocida es que se trata de una bacteria zoonótica que puede producir infecciones en humanos, especialmente a través de heridas, y neumonías que van de leves a graves.

Tratamiento e importancia de las resistencias a los antimicrobianos

El tratamiento de la pasteurelosis bovina se realiza con antimicrobianos y antiinflamatorios no esteroideos parenterales, a ser posible por vía subcutánea para no producir lesiones en las canales. Hay una amplia variedad de familias de antimicrobianos registradas e indicadas para el tratamiento del SRB (betalactámicos, cefalosporinas, quinolonas, tetraciclinas, macrólidos, fenicoles y sulfamidas). Siempre se debe seguir las indicaciones de la ficha técnica y respetar el periodo de supresión de cada producto aplicado.

Algunos estudios han demostrado resistencias de cepas aisladas de M. haemolytica o P. multocida a al menos una familia de antimicrobiano. La mayoría mostraron resistencia a los macrólidos (90,2% de los aislados) y el 47,2% mostraron multirresistencia (resistencia a 4 o 5 familias de antimicrobianos).

Dada la enorme amenaza que supone el problema creciente y global de las resistencias a los antimicrobianos, se recomienda diseñar estrategias de tratamiento que estén dirigidas a minimizar el uso de antimicrobianos todo lo posible logrando la máxima eficacia de los productos utilizados. Lo ideal es monitorizar las especies y las cepas presentes en las poblaciones de animales y las resistencias encontradas, para utilizar antibióticos a los que sean sensibles. La duración del tratamiento debe ser adecuada, revisando la evolución clínica de los animales para comprobar si conviene alargarlo, dependiendo de la extensión de las lesiones pulmonares. No se debe cambiar de antimicrobiano, sino mantenerlo hasta que se consigan resultados, y si se sospecha que no hay un efecto deseado debido a una resistencia, se debe comprobar mediante un antibiograma. Es especialmente importante no subdosificar y ajustar la dosis al máximo al peso corporal de los animales, aunque se traten por lotes, ya que la administración de dosis demasiado bajas favorece el desarrollo de resistencias. No es necesario combinar antimicrobianos si uno solo ya es eficaz. Todos los tratamientos se deben registrar de acuerdo a la normativa vigente.

Programas de prevención y control

El encalostrado es fundamental para otorgar una inmunidad suficiente a los terneros en las primeras 6 a 8 horas después del parto y protegerlos frente a infecciones. El calostro de mejor calidad es el que se ordeña de vacas maduras y no de novillas y tiene una densidad mayor de 1.050 g/l. Se recomienda administrar entre 4 y 6 litros de calostro en las primeras 24 horas después del nacimiento.

Un buen manejo es otra medida fundamental para prevenir las infecciones respiratorias. Lo ideal es que el destete y la adaptación a las dietas de cebo se realicen en las explotaciones de origen para minimizar el estrés a la entrada al cebadero. Cuando se realicen estas entradas es conveniente aplicar protocolos de vacunación y desparasitación, estableciendo después lotes homogéneos de peso y tamaño, a ser posible del mismo origen, para evitar estrés por competencia.

Se recomienda la vacunación como estrategia de prevención de la pasteurelosis bovina. Hay vacunas disponibles que incorporan Mannheimia haemolytica y Pasteurella multocida en su composición. También existen vacunas combinadas que se dirigen frente a la pasteurelosis y a otros agentes víricos que causan el SRB. Las vacunas bacterianas pueden ser de varios tipos: inactivadas o muertas, vacunas vivas atenuadas, vacunas de subunidades, vacunas recombinantes y vacunas a base de ADN.

El manejo de la vacunación es muy importante para asegurar la correcta inmunización de los animales. Algunos autores recomiendan su aplicación al menos 3 semanas antes de someter a los animales al transporte para asegurar que cuando se sometan a este estrés y al de su entrada al cebadero ya estén suficientemente protegidos. Sin embargo, en ocasiones no da tiempo a aplicar estas medidas, y otros autores sugieren que en lugar de dejar a los animales aclimatarse al cebadero, como esto puede suponer un alto riesgo de contraer el síndrome respiratorio bovino, sería más razonable vacunar directamente en la entrada al cebadero.

Dilphes-4 es una vacuna inactivada indicada para la inmunización del ganado bovino, ovino y caprino para prevenir infecciones frente a Pasteurella multocida (serotipo A, cepa NCTC 12177 y serotipo 6B, cepa CECT 962) y Mannheimia haemolytica (serotipo A1, cepa ATCC 33365 y serotipo A2, cepa CECT 924).