Programas de control y erradicación de la rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR)

La rinotraqueítis infecciosa bovina (IBR) es una enfermedad infecciosa del ganado vacuno que es responsable de importantes pérdidas económicas en todo el mundo.

En Europa se aplican programas exhaustivos de control y erradicación del IBR bajo la normativa aprobada en 2019, que tiene el objetivo de reducir la presencia de la enfermedad en sus territorios, para terminar por eliminarla.

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La rinotraqueítis infecciosa bovina o IBR: una infección latente

La rinotraqueítis infecciosa bovina, o IBR por sus siglas en inglés, es una infección causada por un virus llamado herpesvirus bovino tipo 1 (BHV-1). El BHV-1 también provoca otros síndromes en el ganado vacuno, como la vulvovaginitis pustular infecciosa o la balanopostitis pustular infecciosa. Además, causa abortos e infertilidad en vacas reproductoras, inmunosupresión, y otras enfermedades graves como encefalitis, enteritis o conjuntivitis, especialmente en terneros jóvenes.

Los animales adquieren la infección por el BHV-1 por contacto directo con las secreciones de otros animales infectados, sobre todo las secreciones del aparato respiratorio, o por contacto indirecto con material infectado (comederos y bebederos) o el personal de la granja que actúa como vehículo de transmisión entre animales infectados y sanos.

Cuando penetra por la mucosa nasal, las primeras lesiones visibles en los animales infectados son pequeñas úlceras en el hocico y en las fosas nasales, que al principio tienen color blanquecino y se van volviendo grisáceas. Según progresa la infección vírica por el aparato respiratorio se desarrolla el síndrome IBR, que consiste en rinitis, traqueítis y conjuntivitis, que se acompañan de fiebre, decaimiento y falta de apetito. Finalmente, el virus altera el sistema de protección del aparato respiratorio que recubre la mucosa de la tráquea y los bronquios, que consiste en una capa de células que tienen múltiples cilios que expulsan las partículas dañinas junto con la producción de moco.

A su vez, el BHV-1 suprime el sistema inmunitario. Por su acción directa sobre el aparato respiratorio como por su acción inmunosupresora general, es un agente principal en el síndrome respiratorio bovino. Se trata de un virus con capacidad para permanecer latente en el organismo de los animales, que se consideran infectados de por vida. La infección se puede reactivar si se dan situaciones estresantes, como el transporte, mezclas de animales, otras infecciones, estrategias de manejo deficiente que causan estrés por calor o balance energético negativo en vacas de leche, o los partos.

Presencia de la rinotraqueítis infecciosa bovina en España

En comparación con otros países, en España tenemos poca información sobre la situación del IBR y los estudios que se han realizado indican que la presencia es variable dependiendo de las áreas geográficas. Los datos que ofrecía el Ministerio de Agricultura en 2018 eran un 33% de explotaciones lecheras positivas, un 63% de explotaciones de carne positivas y un 38% de cebaderos positivos.

El estudio más reciente se realizó en 2020 en 124 explotaciones de Galicia y Cataluña, y se encontró que el 13% tenían infecciones recientes o activas, el 48% tenían animales que daban resultados positivos a las pruebas de anticuerpos (seropositivos) pero cuya recría estaba libre de IBR, y un 63% de explotaciones estaban libres de IBR.

Estrategias de control y erradicación de la rinotraqueítis infecciosa bovina en Europa

Dado que se trata de una enfermedad de enormes repercusiones y que los esfuerzos de control han logrado disminuir la presencia y el impacto del IBR, la Unión Europea ha actualizado su normativa para regular los movimientos de bovinos entre territorios y algunos de sus productos derivados (semen o embriones) con el fin de evitar la transmisión del BHV-1 desde zonas en las que el virus está todavía presente hacia las zonas o países que se consideran libres.

El IBR se encuentra regulado en la Unión Europea por el Reglamento 2016/429 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 9 de marzo de 2016, la llamada «Legislación sobre sanidad animal», que regula las enfermedades transmisibles de los animales.

Según este Reglamento se establecen algunas medidas que preservan el estado de territorio libre, como la obligatoriedad de declarar los brotes de IBR que se produzcan, la restricción de movimientos y la vacunación.

Estrategias de control y erradicación de la rinotraqueítis infecciosa bovina en España

En España, la normativa que se encuentra en vigor respecto al control del IBR es el Real Decreto 554/2019. Su objetivo es marcar las pautas a seguir para implantar en España un programa de prevención, control y erradicación del IBR que sea homogéneo en todos los territorios de nuestro país. Varias Comunidades Autónomas ya están aplicando programas de control del IBR, y otras se están preparando para comenzar a aplicarlos.

Para controlar y erradicar el IBR en España se recogen cuatro actuaciones principales. En primer lugar, se califican las explotaciones ganaderas de vacuno en seis categorías según su situación sanitaria respecto al IBR, dependiendo de si se han detectado animales positivos al virus y cómo se aplican los programas de vacunación autorizados.

El siguiente punto se refiere a que los titulares de las explotaciones pueden adherirse de forma voluntaria al programa si cumplen unos requisitos mínimos de permanencia, calificación, realización de pruebas de detección, designación un veterinario responsable que asuma la dirección técnica del programa, declarar cualquier sospecha clínica de la presencia de la enfermedad, cumplir las pautas de vacunación establecidas en la normativa, e inseminar a las vacas solo con semen procedente de toros de explotaciones con calificación sanitaria.

El Real Decreto 554/2019 establece los requisitos de bioseguridad y de movimientos de animales entre explotaciones adheridas al programa de control y erradicación del IBR para evitar la transmisión. Exige que las explotaciones cuenten con instalaciones que garanticen el aislamiento de los animales hasta que las pruebas demuestren que son negativos al virus, y solo se permite el movimiento de animales entre explotaciones que participen en los programas de control, realizando pruebas de control y aplicando programas de vacunación según se indica en la normativa.

Cómo aplicar la vacunación frente a la rinotraqueítis infecciosa bovina en las explotaciones

Una de las principales cuestiones para tener en cuenta en los programas de vacunación frente a IBR es que los animales infectados son portadores del virus de por vida. La vacunación protege frente al desarrollo de la enfermedad clínica, pero no elimina la infección si ya está presente en algunos animales. En esta estrategia de erradicación es imprescindible diferenciar los animales que están infectados de los que no lo están, para separarlos y evitar que tengan contacto entre ellos y, de forma ideal, ir eliminando los infectados y dejar los sanos vacunados.

El virus BHV-1 que provoca las infecciones de campo contiene una proteína en su envoltura llamada glucoproteína gE. Existen vacunas tradicionales que incluyen la gE, pero no permiten diferenciar los animales que han sido vacunados de los que se han infectado de manera natural. Las vacunas marcadas (vacunas gE−) eliminan esta gE, y de esta forma sí se puede diferenciar los animales vacunados cuando se aplican pruebas de diagnóstico de la infección en las explotaciones para eliminar a los infectados. El Real Decreto 554/2019 solo permite aplicar vacunas marcadas.

Las vacunas frente al IBR que se encuentran en el mercado pueden ser de dos tipos. Las vacunas vivas atenuadas introducen el virus vivo en el organismo de los animales, pero está atenuado para que no pueda producir la enfermedad, aunque se replique. La ventaja de este tipo de vacunas es que producen una respuesta inmunitaria más rápida y de mayor duración. Se pueden aplicar por vía parenteral (inyección intramuscular o subcutánea), o por vía intranasal. La ventaja de la aplicación intranasal es que la protección que se consigue es local sin necesidad de que el virus se disemine por el organismo, por lo que son más seguras para los animales más sensibles, como los terneros. Con las vacunas muertas o inactivadas se inocula un virus que se ha tratado para que no pueda replicarse, pero su eficacia es menor y no pueden diferenciarse los animales vacunados de los no vacunados.

BOPROTEC IBR marker viva es una vacuna viva atenuada diseñada para la inmunización activa del ganado bovino, para disminuir la gravedad y la duración de los síntomas respiratorios causados la infección por el virus BHV-1 causante de la rinotraqueítis infecciosa bovina o IBR, y para reducir la excreción del virus y limitar el contagio. Es una vacuna marcada que permite diferenciar a los animales con infección natural de los animales vacunados, por lo que está autorizada en los programas de erradicación del IBR incluidos en la normativa actual.

Los terneros de dos semanas a tres meses de edad son un grupo que se debe controlar porque puede ser un foco de infección para el resto de la explotación, especialmente si no reciben anticuerpos de sus madres a través del calostro. En este grupo la vacunación más eficaz se aplica por vía intranasal para proporcionar una protección más rápida, a los 7 días de la vacunación con una duración de 3 meses, a partir de los cuales se deben revacunar. A partir de los tres meses y en los animales adultos, las vacunas se administran por vía intramuscular en una sola dosis, lográndose una inmunidad duradera de hasta 6 meses a partir de los 14 días desde la inoculación.