La fasciolosis hepática del ganado. Una enfermedad parasitaria que no hay que perder de vista

La fasciolosis es una enfermedad del ganado vacuno y ovino provocada por la infestación del hígado por el parásito Fasciola hepatica, un trematodo que también se conoce como duela.

Importancia económica de la fasciolosis hepática

La fasciolosis está presente en todo el mundo en las zonas donde el ganado sale a pastar. A medida que han mejorado las medidas de control y prevención y los tratamientos esta enfermedad se ha ido reduciendo en frecuencia y gravedad. Si n embargo, sigue siendo un problema grave en muchas regiones y puede afectar a las personas si ingieren algunas plantas acuáticas contaminadas.

El impacto económico de la fasciolosis en las explotaciones de ganado vacuno y ovino se debe a la reducción de la producción de los animales parasitados y los malos índices de conversión, a la reducción de la fertilidad, al coste de los productos antiparasitarios, al tratamiento de los pastos, a los decomisos de los hígados en el matadero, y a la mortalidad de algunos animales.

Se calcula que la fasciolosis está presente entre el 30% y el 90% de los animales criados en pasto, y la frecuencia o prevalencia es muy variable entre los países. En Europa es cambiante con las estaciones del año, y oscila entre el 5% y el 15% del ganado vacuno y ovino.

Ciclo biológico y transmisión de Fasciola hepatica

Fasciola hepatica se transmite entre los animales a través de los pastos contaminados. Para que el ciclo se pueda completar es necesario que participe un caracol de agua dulce de la familia Lymnaeidae, o caracol limneido, que es el hospedador intermediario.

En el ciclo biológico de la fasciolosis también actúan los hospedadores definitivos. Los más frecuentes son el ganado vacuno y el ovino. En otros animales, como los caballos, los camélidos, el ganado caprino y los conejos, la fasciolosis es más rara y menos grave, pero pueden actuar como reservorios y perpetuar las infestaciones en los prados contaminados.

El ganado infestado por Fasciola hepatica expulsa huevos del parásito alojado en su hígado por las heces, que quedan en el pasto. Cuando las condiciones ambientales son favorables, con alta humedad, suelos encharcados y temperaturas a partir de 5 °C, los huevos eclosionan y liberan la primera fase larvaria, llamada miracidio.

La elevada humedad de los pastos favorece que proliferen los caracoles limneidos, que son los hospedadores intermediarios. Los miracidios penetran en los caracoles y en su interior se transforman en las siguientes tres fases larvarias: el esporocisto, la redia, y la cercaria.

Las cercarias salen del caracol y se adhieren a las plantas, formando quistes llamados metacercarias, que les ayudan a sobrevivir durante mucho tiempo en la vegetación hasta que un nuevo hospedador definitivo (ganado, u otro animal sensible) lo ingiere al pastar.

fasciolosis ganado

Cómo se produce la fasciolosis en el ganado vacuno y ovino

Cuando el ganado vacuno u ovino pasta en hierba contaminada, ingiere las metacercarias. Al llegar al abomaso, con la acidez del jugo gástrico, se liberan de la forma enquistada y las larvas atraviesan la pared del abomaso y del intestino para llegar hasta el hígado.

Dentro de los conductos biliares del hígado se desarrollan hasta fasciolas o duelas adultas, que tienen una forma de hoja inconfundible. Se alimentan de sangre y jugos biliares, y provocan una inflamación continuada de los conductos biliares, haciendo que sus paredes se hagan muy gruesas y fibrosas.

Hay dos formas de fasciolosis: la aguda o masiva, y la crónica. En las regiones en las que la proliferación de caracoles es predecible, porque está asociada a los ciclos de lluvias y de inundación de los pastos, la fasciolosis es estacional. El riesgo suele ser mayor en otoño.

La forma aguda se produce cuando la infestación por metacercarias es masiva, y el hígado de los rumiantes se ve invadido por grandes cantidades de fasciolas. Los signos de la fasciolosis aguda son:

  • Muerte súbita de algunos animales, sobre todo en ovinos.
  • Debilidad y falta de apetito.
  • Dolor abdominal y resistencia para moverse.
  • Diarrea o timpanismo.

En la forma crónica de la enfermedad, la carga parasitaria es más baja y el sistema inmunitario del animal es capaz de contener en parte el desarrollo de los parásitos en el organismo, por lo que los signos clínicos son más leves o incluso pasan inadvertidos:

  • Hay inflamación de los conductos biliares (colangitis), obstrucción biliar, y mal funcionamiento del hígado.
  • Anemia crónica debida a la alimentación de las fasciolas.
  • Baja concentración de proteínas plasmáticas, sobre todo de albúmina, por lo que algunos animales desarrollan edema (acumulación de líquido), en especial en la papada.
  • Pérdida de peso y desnutrición progresivas.

Los hígados se decomisan en el matadero porque no son aptos para el consumo alimentario, ya que tienen un alto grado de fibrosis en los conductos y, en muchas ocasiones, presencia de fasciolas y sus huevos.

La infestación por Fasciola hepatica predispone al ganado a la hemoglobinuria bacilar, una infección grave causada por Clostridium novyi, que es poco frecuente, pero que cuando sucede causa muertes fulminantes y consecuencias devastadoras en los rebaños afectados.

Medidas de prevención de la fasciolosis

En las zonas donde la fasciolosis está presente, es necesario adoptar medidas de prevención contra las infestaciones en los animales:

  • Evitar el acceso del ganado a los pastos donde se haya detectado previamente la presencia de caracoles limneidos y huevos y larvas de fasciolas.
  • Reducir la carga parasitaria en las áreas afectadas haciendo grupos pequeños de ganado en pasto y rotando el pastoreo por los campos.
  • Drenar la humedad, evitando la formación de charcos.
  • Tratar los prados que estén muy afectados por caracoles con productos específicos que sean respetuosos con el medio ambiente.
  • Tratamiento del ganado con medicamentos fasciolicidas.

Cómo tratar al ganado frente a la fasciolosis

Distomicide es una solución inyectable que contiene nitroxinil, un antiparasitario de uso veterinario aprobado frente a la fasciolosis hepática en el ganado bovino y ovino. Se aplica para tratar a los animales infestados por fasciolosis, recomendándose un uso responsable para prevenir las resistencias a los antiparasitarios. Para ello, se realizan de forma periódica recuentos de huevos en las heces del ganado para detectar la presencia de fasciolas y comprobar que no existen resistencias.

La aplicación de un fasciolicida como Distomicide al final del invierno o al comienzo de la primavera reduce la cantidad de huevos expulsados a los pastos y el riesgo de transmisión a otros animales sensibles. Al final del otoño, la época de mayor riesgo de infestación por fasciolosis, se puede repetir el tratamiento.