Diarrea neonatal en lechones

Las enfermedades que afectan al aparato digestivo de los lechones durante el periodo neonatal, mientras se alimentan de leche e inmediatamente después del destete, alteran la digestión y absorción de nutrientes y rompen la barrera defensiva. El resultado es la diarrea neonatal, que supone una de las principales causas de mortalidad neonatal en las explotaciones porcinas.

lechones-diarrea-neonatal

¿Qué es la diarrea neonatal y cómo se desarrolla?

En este periodo de la vida de los lechones la causa más frecuente de la diarrea suele ser infecciosa, sobre todo por bacterias y virus, aunque también puede deberse a parásitos o a perturbaciones en el manejo como el destete, situaciones de estrés diferentes al destete o fallos en la dilución o mezcla de los lactorremplazantes.

Cuando está actuando un agente infeccioso u otro factor, se alteran los mecanismos de fermentación del intestino; la absorción de agua y nutrientes se reduce o se ve afectada, se producen cambios en la flora bacteriana normal del intestino, aumenta el peristaltismo y, por último, las funciones de barrera o protección intestinal dejan de funcionar correctamente. En este caso, las uniones entre las células epiteliales del intestino se rompen y las células intestinales pierden su «borde en cepillo» que facilita la absorción; se puede provocar la secreción de agua, moco y otras sustancias a la luz del intestino, y los tejidos linfoides compuestos por un tipo determinado de glóbulos blancos que está asociado al intestino puede sufrir alteraciones y no funcionar correctamente.

El resultado final es que los lechones no son capaces de absorber con normalidad los nutrientes de la leche o el pienso de arranque, secretan más agua con las heces, siendo estas líquidas o pastosas, pueden dejar de comer, tener fiebre y apatía, pierden peso, una parte de ellos puede morir por deshidratación y desnutrición, y a todo ello se le suman importantes pérdidas económicas por el empeoramiento de los índices de conversión y la disminución de la ganancia media diaria cuando los animales que se recuperan entran al cebo.

Causas de la diarrea neonatal en lechones

Las causas de la diarrea neonatal de los lechones son múltiples y en algunas explotaciones pueden ser complejas y difíciles de detectar, pero aquí vamos a revisar las más frecuentes.

Las infecciones por una bacteria, Escherichia coli enterotoxigénica (también llamada ETEC) suelen afectar a los lechones que tienen pocos días de vida, a lo largo de la lactación y después del destete. ETEC es una bacteria que coloniza de forma habitual el intestino, pero para ejercer su acción patógena se adhiere al intestino gracias a una proteína llamada adhesina, y produce enterotoxinas que alteran la permeabilidad de la membrana de las células intestinales, provocando una diarrea secretora: los enterocitos (células intestinales) secretan agua hacia la luz intestinal. Las cerdas suelen eliminar estas bacterias con sus heces en las salas de partos y, aunque a ellas no les afectan dado que son adultas y están sanas, como los lechones tienen sistemas inmunitarios inmaduros, son más sensibles a estas infecciones y desarrollan las diarreas bajo determinadas condiciones de manejo, estrés o destete. Si el destete no se gestiona de forma adecuada y se pasa de forma brusca de una alimentación líquida y muy digestible a un pienso sólido y seco sin pasar por la fase de transición, no se da tiempo a que el aparato digestivo se adapte y el intestino puede hacerse vulnerable a la colonización por ETEC, por lo que en este momento la diarrea que se desarrolla en los lechones se conoce como colibacilosis posdestete.

Otras bacterias comúnmente asociadas con la diarrea de los lechones son Clostridium perfringens tipo A y C y Clostridium difficile. Estas bacterias liberan toxinas que provocan una inflamación grave del intestino, una enteritis hemorrágica, que puede terminar siendo mortal para una importante proporción de los lechones lactantes.

Las diarreas neonatales también pueden estar causadas por virus. Es muy frecuente encontrar rotavirus en las explotaciones porcinas, que se comportan de forma endémica, es decir, pueden estar presentes circulando por la explotación e infectando de forma silente a muchos cerdos que no presentan síntomas pero que excretan los virus. En ocasiones, si cambian las condiciones de manejo, ambientales, de alimentación, etc., se producen brotes de enfermedad. Afecta sobre todo a los lechones lactantes o recién destetados, que pueden sufrir una diarrea leve que se cura sola en pocos días si el estado inmunitario es bueno.

Los coronavirus son otro grupo de virus que causan diarreas en los lechones neonatos. En este caso se pueden encontrar dos enfermedades de interés, la diarrea epidémica porcina (DEP), y la gastroenteritis transmisible. Los brotes son variables en cuanto a su gravedad dependiendo de la cantidad de animales infectados, de su edad y estado inmunitario, de las condiciones de manejo, de la cepa del virus, etc., pero en cualquier caso son virus ante los que hay que permanecer siempre alerta ya que pueden causar grandes tasas de mortalidad y enormes pérdidas económicas.

La diarrea neonatal porcina también puede estar causada por parásitos: la coccidiosis puede producirse por Isospora suis, un protozoo que suele invadir el intestino procedente de las madres y provocar diarrea en los lechones si se contaminan las salas de partos cuando las condiciones higiénicas son deficientes.

Aunque se han descrito aquí las causas de las diarreas neonatales por separado, lo más habitual es que sean multifactoriales, es decir, que actúan de forma conjunta. Los brotes de diarrea pueden ser de tipo enzoótico si los agentes infecciosos circulan por la explotación, los cerdos están parcialmente inmunizados frente a ellos y cuando se producen cambios o situaciones de estrés, se vuelven más sensibles y sufren episodios de diarrea. En otros casos, los microorganismos entran por primera vez o de forma masiva, los animales no tienen experiencia inmunológica, y los brotes tienen forma epizoótica o epidémica, son agudos con mayor morbilidad y mortalidad.

Tratamiento y control de la diarrea neonatal en lechones

Para recuperar los animales enfermos hay varios tratamientos registrados y autorizados, pero lo más interesante es prevenir y evitar que sucedan los casos de diarrea neonatal, ya que esto reduce los costes económicos y las consecuencias de la enfermedad en los animales.

El uso tradicional de antibióticos en forma de premezclas para la profilaxis o metafilaxis de las enfermedades infecciosas se ha visto regulado de forma muy estricta en los últimos años con el fin de controlar el creciente problema de las resistencias a los antimicrobianos por lo que la industria porcina busca alternativas, como el empleo de probióticos y prebióticos, la mejora de la bioseguridad, las medidas higiénicas y reforzar el sistema inmunitario de los cerdos.

El óxido de zinc es un aditivo cuyo uso ha estado muy extendido durante años en los piensos para lechones a dosis terapéuticas dadas sus propiedades de prevención de las diarreas y su efecto promotor del crecimiento ya que estabiliza la microbiota intestinal, controlando las bacterias patógenas y favoreciendo las bacterias que se consideran beneficiosas para el funcionamiento intestinal, como las bacterias ácido lácticas. Sin embargo, dado el riesgo de contaminación medioambiental que conlleva su uso, la Comisión Europea retiró las autorizaciones de su comercialización en 2017, dando un plazo de 5 años para encontrar alternativas que no supongan un aumento del uso de antimicrobianos.

Las mejores medidas preventivas frente a la diarrea neonatal, prescindiendo de los antibióticos y el óxido de zinc, suponen mantener medidas estrictas de bioseguridad, higiene y desinfección en las explotaciones para evitar la entrada de agentes infecciosos en la explotación y su diseminación entre naves y lotes.

Es imprescindible asegurarse de que los lechones reciben una cantidad adecuada de calostro de alta calidad de sus madres para que estén protegidos frente a las infecciones después del nacimiento. Para mejorar la calidad del calostro se recomienda vacunar a las cerdas gestantes con vacunas comerciales frente a los microorganismos causantes de la diarrea neonatal. La más común es la que incluye cepas de Escherichia coli y Clostridium perfringens tipo C, como Colidex-C, que está aprobada para su aplicación en cerdas primíparas y multíparas. Colidex-C está también indicada para su administración en lechones, en este caso para prevenir frente a la diarrea posdestete.