Diarreas del lechón
Las dos causas bacterianas más frecuentes de diarrea del lechón son los colibacilos y los clostridios.
Están presentes en las maternidades de todas las explotaciones porcinas cuando no se toman las medidas preventivas apropiadas y específicas.
Su distribución es universal y produce graves daños económicos por las bajas que origina, los gastos extraordinarios derivados de su tratamiento y las secuelas que producen en la futura vida productiva de los lechones que padecen el proceso.
La colibacilosis del lechón se entiende hoy en dos fases. Por una parte, la colibacilosis del lechón lactante, y por otra, la colibacilosis del destetado.
La prevención mediante la vacunación de las cerdas gestantes frente a la colibacilosis del lechón lactante es una práctica habitual desde hace mucho tiempo. En esta estrategia preventiva es muy importante un correcto encalostrado de los lechones, puesto que los anticuerpos generados por la vacunación de las cerdas gestantes deben ser transferidos a su progenie a través del calostro.
En cambio, la prevención a través de la vacunación del proceso colibacilar del lechón destetado es únicamente posible mediante el uso de vacunas en cuyo registro se encuentre incluida la aplicación en lechones lactantes, puesto que hay que aplicarlas en esa edad para que su efecto sea posible a partir del destete.
La enteritis necrótica del lechón es la clostridiosis más frecuente de la especie porcina. Es una enfermedad que acaba pasando desapercibida cuando la vacuna utilizada frente a la colibacilosis del lechón previene también frente a este proceso. Solamente se pone de manifiesto cuando en aquellas explotaciones en las que se utiliza de forma rutinaria se abandona su aplicación.